¿Puede usar “trabajo” y “felicidad” en la misma frase?
En los viejos tiempos (digamos, en la década de 1980), los empleadores no siempre ponían la felicidad de los empleados en el primer lugar de la jerarquía corporativa de necesidades. Por supuesto, era bueno saber que a la gente le gustaba su trabajo pero lo que realmente importaba era su productividad. Por supuesto que los resultados siguen importando pero, en medio de una pandemia y una gran oleada de renuncias laborales, los empleadores se ven obligados a analizar qué importa a los empleados.
Después de todo, la felicidad fomenta la participación. La participación no solo genera lealtad, sino también productividad y utilidades.
Sin embargo, seamos claros: cuando hablamos de felicidad no hablamos de dinero. El refrán es cierto: aunque puedas alquilarla por un tiempo, el dinero no compra felicidad. Así que estamos hablando de frustraciones. Acerca de las tareas insignificantes y sin sentido. Acerca de las minucias del trabajo cotidiano que entorpecen el trabajo real y gratificante.
En concreto, estamos hablando de procesos de viajes y gastos triviales que frenan a los empleados. Como conservar recibos impresos. Como llenar reportes de gastos. Como reservar un viaje en un programa de viajes tradicionales (digamos que de la década de 1980), tan solo para descubrir que la compra no cumple con alguna norma corporativa de la que nunca habían oído hablar, de modo que el viaje no está aprobado y pierden su tiempo.
En realidad, estos pequeños pero molestos problemas no son tan pequeños. Nada más eche un vistazo a estas inquietudes de los empleados:
“No tengo tiempo suficiente para llenar mis reportes de gastos”.
“Odio intentar llevar registro de los recibos impresos”.
“No conozco los protocolos acerca del COVID de los lugares a los que viajo”.
“No quiero gastar dinero accidentalmente en algo que no se me va a reembolsar”.
Estos son problemas legítimos y las soluciones están ahí. De hecho, es posible que usted ya tenga una solución diseñada para abordar estas molestias. Como sea, su organización necesita experiencias de viajes y gastos sencillas y atractivas que simplifiquen la gestión de gastos para usted, faciliten los viajes a los empleados y aseguren que los gastos se ajusten a las políticas. Todo ello con unas sencillas aplicaciones que:
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Produzcan automáticamente reportes de gastos durante el viaje para que los empleados no tengan que hacerlos en casa.
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Intercambien recibos impresos por registros digitales que no se pierden, no se rompen ni manchan.
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Ofrezcan orientación actualizada, específica de cada lugar, sobre las reglas acerca del COVID-19 y otras sugerencias de seguridad.
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Incorporen al flujo de trabajo del viaje la aprobación previa al gasto de modo que los empleados sepan lo que pueden gastar y lo que pueden comprar.
Con la solución adecuada y unas pocas aplicaciones intuitivas, los equipos humanos pueden acceder a reportes de gastos, desafíos de cumplimiento y normas cambiantes, a la vez que mejoran la seguridad, la sostenibilidad y el gasto. Puede demostrar que escucha lo que los empleados quieren decir mientras protege las finanzas de su compañía.
¿Quién no estaría contento de trabajar en un lugar así?